Investigadores del Instituto Tecnológico de California (Caltech) han desarrollado un diminuto microscopio de alta resolución que supera por mucha a la ciencia ficción. Este increíble microscopio no funciona a base de lentes ópticos pero tiene el poder de los microscopios ópticos de alta calidad. Su novedoso diseño permite alcanzar un precio récord ya que de producirse de manera masiva podría costar tan solo $10 dólares (unos $100 pesos) por unidad permitiendo que países pobres lo utilicen para analizar sangre en busca de malaria o para analizar agua en busca de patógenos. Changhuei Yand, profesor asistente de ingeniería eléctrica y bioingeniería, creador de este microscopio afirma que es tan compacto que puede incorporarse en aparatos del tamaño de un teléfono celular y que la iluminación del sol sería suficiente, lo que hace que sea una gran herramienta. Para el futuro se plantea la posibilidad de instalar miles de detectores por chip y analizar al mismo tiempo una gran cantidad de muestras. Del mismo modo se plantea la posibilidad de reducir el tamaño de esta tecnología al grado de poder implantar en el cuerpo una versión de este microscopio permitiendo así una revisión continua de la sangre que permita detectar incluso la aparición de células cancerígenas o de patógenos.
El "microscopio opticofluídico" combina los microcircuitos (chips) de computadora con la tecnología de microfluídos. El microscopio entero es del tamaño de una moneda pero la parte que capta las imágenes es muy pequeña. La fabricación del aparato es muy sencilla, está hecho con un sensor CCD como el que se usa en las cámaras digitales, que es cubierto con una delgada lámina de metal. Dicha lámina está perforada con diminutos orificios de una millonésima de metro de diámetro y separados entre si por 5 micrómetros. Cada uno de los orificios corresponde con uno de los pixeles del sensor CCD. Arriba se agrega un canal microfluídico por el cual fluirá el líquido a analizar. Todo el chip es iluminado desde arriba y la luz del día resulta suficiente. Su funcionamiento es el siguiente: el líquido a analizar entra por el canal microfluídico y pasa por los pequeños orificios en la lamina de metal que cubre el sensor CCD, cuando los objetos (bacterias, patógenos) pasan por los orificios tapan la luz que entra al sensor y eso genera una serie de imágenes formadas con luz y sombras, formando en conjunto una imagen detallada de los objetos en el líquido.
En lo personal creo que es un gran invento aunque también le encuentro algunos problemas:
- Si el líquido está contaminado con sólidos más grandes existe el riesgo de que el canal microfluídico se tape y quede inservible.
- A reserva de que se pueda lavar el microscopio pasando agua estéril y destilada la verdad no creo que pueda quedar "como nuevo" y tal vez haya que desecharlo cada vez, haciéndolo económicamente inviable (a pesar del reducido costo).
- A pesar de que el tamaño es diminuto habrá que pensar en el tamaño del mecanismo para alimentar la muestra al microscopio (mangueras y alguna especie de receptáculo en dónde se ponga el fluido o una jeringa), así como la interfaz para enviar las imágenes a la computadora (a través de un cable u otro medio).
- Por el tipo de diseño la muestra siempre tendrá que ser líquida o fluida reduciendo así el número de aplicaciones que se le pueda dar al microscopio.
Fuente: Physorg.com
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